En lo que queda de 2025, el ámbito laboral en España afronta diversas novedades y reformas que impactarán tanto a trabajadores como a empresas.

Desde la actualización del Salario Mínimo Interprofesional y la digitalización del registro de la jornada, hasta la nueva clasificación de empresas, el Estatuto del becario y la reforma del despido, los próximos meses serán clave para fortalecer la protección laboral, mejorar la transparencia y adaptar la legislación española a los estándares europeos. Estas medidas no solo buscan garantizar derechos y condiciones justas, sino también aportar claridad y seguridad a las empresas en su gestión diaria.

En el artículo de hoy, te explicamos, de manera clara y práctica, las principales medidas que marcarán la agenda laboral antes de que finalice el año, qué implicaciones tienen para empleados y empresas, cómo pueden afectar el día a día en el trabajo, y qué cambios conviene anticipar para estar preparados frente a la nueva normativa.

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Salario Mínimo en España: qué cambios nos esperan en 2025

En 2025, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España se sitúa en 1.184€ brutos al mes en 14 pagas, tras una subida del 4,4 % respecto al año anterior. Este incremento ha buscado mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y reducir desigualdades, pero los planes de actualización continúan: se está preparando un nuevo aumento con el objetivo de que el SMI alcance progresivamente el 60 % del salario medio, en línea con lo recomendado por la Carta Social Europea.

Para establecer este próximo incremento, se ha convocado a un grupo de expertos que analizará la situación económica y laboral, y que presentará sus recomendaciones tras un proceso de diálogo con representantes sindicales y empresariales. La intención es que la revalorización se aplique antes de 2026, asegurando así una transición gradual y sostenible, según la nota de prensa del Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Históricamente, las subidas del SMI han buscado no solo mejorar el salario base, sino también incentivar la cohesión social y dinamizar la economía. Según los informes recientes, estas medidas han tenido un efecto positivo en la reducción de la brecha salarial de género, beneficiando especialmente a sectores con alta presencia femenina y reforzando la igualdad en el empleo.

Además, un SMI más alto tiene un impacto directo en la capacidad de consumo de las familias, lo que a su vez puede impulsar la actividad económica. Sin embargo, estas subidas también plantean desafíos para algunas empresas, especialmente las de menor tamaño, que deben adaptarse a los nuevos costes laborales. Por eso, la colaboración entre expertos, sindicatos y empleadores resulta clave para lograr un equilibrio que beneficie tanto a trabajadores como a empresas.

En resumen, 2025 se presenta como un año de continuos ajustes en el SMI, en el marco de un esfuerzo por mejorar la protección de los trabajadores, reducir desigualdades y mantener la competitividad del mercado laboral español. Los próximos meses serán determinantes para definir el nuevo nivel del salario mínimo y sus efectos en la economía y en la vida de los trabajadores.

Registro de la jornada laboral: hacia un control digital obligatorio

El registro de la jornada laboral es uno de los temas centrales en la agenda laboral de España. Actualmente, no existe un consenso claro sobre la implantación de la jornada de 37,5 horas semanales, lo que ha llevado a que las autoridades planteen una reforma del sistema de control horario mediante Real Decreto. Esta reforma busca garantizar una mayor transparencia en las condiciones de trabajo y facilitar la supervisión de las horas efectivamente trabajadas por cada empleado.

El cambio más relevante será la obligatoriedad del registro digital de la jornada laboral. Esto significa que todas las empresas deberán llevar un control electrónico de las entradas y salidas de sus trabajadores, reemplazando en muchos casos los registros manuales o basados en hojas de papel. El objetivo principal es proteger a los empleados frente a posibles excesos de jornada y asegurar que se cumplan los límites legales de trabajo, evitando tanto la sobrecarga como la falta de compensación por horas extraordinarias.

Además, la reforma pretende uniformar los procedimientos de registro en todo el territorio, proporcionando un marco claro y uniforme que facilite la inspección laboral y reduzca la ambigüedad en la interpretación de la normativa. La digitalización del registro no solo beneficia a los trabajadores, sino que también puede simplificar la gestión para las empresas, al ofrecer sistemas automatizados que generan informes y permiten un seguimiento más eficiente del tiempo trabajado.

Si bien el cambio supondrá un esfuerzo inicial para adaptar los sistemas internos de las compañías, se espera que a medio y largo plazo contribuya a una mayor transparencia y equidad en el ámbito laboral, fortaleciendo la confianza entre empleados y empleadores. En definitiva, la reforma del registro de la jornada busca equilibrar la protección de los trabajadores con la eficiencia operativa de las empresas, en un contexto de modernización digital de la administración laboral.

Nueva clasificación de empresas: criterios basados en el volumen de negocio

En 2025, España se prepara para actualizar la clasificación de empresas, un cambio derivado de la transposición de la Directiva Delegada (UE) 2023/2775. Esta normativa europea introduce nuevos criterios basados en el volumen de negocio, que afectarán a cómo se categorizan las compañías dentro del marco legal y fiscal del país.

El objetivo principal de esta actualización es ofrecer una mayor claridad y uniformidad en la clasificación empresarial, adaptando la legislación española a los estándares europeos. Los nuevos criterios permitirán identificar con mayor precisión tamaño, capacidad económica y nivel de riesgo de cada empresa, lo que influirá en obligaciones legales, tributarias y de reporte financiero.

Esta reforma no solo busca alinear la normativa nacional con la europea, sino que también pretende facilitar la planificación empresarial y la supervisión administrativa. Al definir categorías más claras, las empresas podrán comprender mejor qué requisitos legales y fiscales les aplican, mientras que las autoridades contarán con un marco más consistente para evaluar la actividad económica.

Aunque la implementación requerirá que algunas empresas ajusten sus registros y procesos internos, se espera que a medio plazo genere mayor transparencia y eficiencia, tanto para empresas grandes como para pymes. La digitalización y la estandarización de la información serán claves para que esta clasificación funcione de manera efectiva y contribuya a un entorno empresarial más ordenado y predecible.

En resumen, la nueva clasificación de empresas basada en el volumen de negocio representa un paso importante hacia la modernización y armonización de la normativa española con las directrices europeas, beneficiando tanto a compañías como a organismos reguladores.

Condiciones laborales transparentes: un desafío pendiente

La transparencia en las condiciones laborales es un aspecto clave para garantizar derechos y seguridad en el trabajo. En España, la transposición de la normativa europea sobre este tema no se ha completado todavía, lo que ha llevado a que la Comisión Europea remita el asunto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).

Esta normativa tiene como objetivo principal que los trabajadores reciban información clara y completa sobre sus contratos, jornadas, salarios y condiciones laborales. La falta de transposición implica que aún existen vacíos legales que pueden generar incertidumbre, tanto para empleados como para empleadores, sobre los derechos y obligaciones de cada parte.

El TJUE actúa como garante del cumplimiento de la legislación europea, y su intervención busca impulsar a los Estados miembros a aplicar correctamente la normativa, garantizando que los trabajadores tengan acceso a información transparente y suficiente. Para las empresas, esto supondrá la necesidad de ajustar sus procesos internos y sistemas de información, asegurando que todos los datos relevantes estén disponibles de manera clara y verificable.

La adopción completa de esta normativa no solo protege a los trabajadores, sino que también favorece un entorno laboral más equitativo y predecible, fortaleciendo la confianza entre empleados y empleadores. Además, contribuye a la modernización administrativa y a la armonización de la legislación española con los estándares europeos, un paso fundamental para mejorar la competitividad y la gobernanza laboral del país.

En resumen, la transposición pendiente de la normativa europea sobre condiciones laborales transparentes representa un reto importante, pero también una oportunidad para reforzar la claridad, la equidad y la confianza en el mercado laboral español.

Estatuto del becario: mayor protección y límites claros

El Estatuto del becario continúa en fase de Anteproyecto, y su objetivo principal es regular el uso de las prácticas en las empresas y garantizar una mayor protección para quienes se encuentran en formación. Esta normativa busca evitar abusos y asegurar que las prácticas sean verdaderamente educativas y formativas, y no un sustituto encubierto de empleo.

Con el nuevo estatuto, se pretende delimitar claramente los derechos y obligaciones de los becarios y de las empresas, estableciendo criterios sobre la duración de las prácticas, las condiciones de supervisión y el tipo de tareas que pueden desempeñarse. Además, se espera que incluya garantías sobre la compensación económica, los horarios y la integración de los becarios en los procesos formativos.

El desarrollo de este estatuto responde a la necesidad de proteger a un colectivo especialmente vulnerable, que a menudo depende de estas experiencias para acceder al mercado laboral. También busca aportar claridad legal a las empresas, evitando conflictos y sanciones al cumplir con unos criterios uniformes y transparentes.

En definitiva, la implementación del Estatuto del becario representa un paso importante hacia prácticas profesionales más justas y formativas, beneficiando tanto a las personas en formación como a las organizaciones que las acogen, y contribuyendo a un entorno laboral más equitativo y seguro.

Reforma del despido: adaptando la normativa a estándares europeos

La reforma del despido en España sigue siendo un tema relevante dentro de la agenda laboral. Tras la última sentencia del Tribunal Supremo, se prevé continuar con los ajustes normativos para que la legislación se adecue a los compromisos derivados de la Carta Social Europea.

El objetivo de esta reforma es garantizar que los procedimientos de despido sean claros, justos y cumplan con los estándares europeos en materia de protección laboral. Esto incluye criterios sobre indemnizaciones, causas objetivas y procedimientos legales, con el fin de equilibrar los derechos de los trabajadores con la necesidad de flexibilidad para las empresas.

Además, la reforma busca dar mayor seguridad jurídica tanto a empleados como a empleadores. Para los trabajadores, significa una mayor protección frente a despidos injustificados o irregulares; para las empresas, supone contar con un marco claro que reduzca riesgos legales y facilite la gestión de recursos humanos.

En este contexto, se espera que la normativa actual se actualice y armonice con los criterios europeos, fortaleciendo la confianza en el sistema laboral y promoviendo prácticas más equitativas y transparentes en los despidos. La implementación de estos cambios reflejará un compromiso por equilibrar la protección del trabajador con la competitividad empresarial, alineando la legislación española con los estándares internacionales.

¿Quieres entender mejor cómo estas y otras novedades laborales pueden afectar a tu empresa? Consulta nuestros artículos y mantente al día sobre los cambios clave en la legislación laboral.

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